Normas para una buena Autoestima

Los motivos principales que hacen que no tengamos una buena autoestima son dos:

1.- Ser demasiado responsable. Es sentirte a la vez culpable por todo. Echarse la culpa de todo lo que ocurre a tu alrededor, incluso aunque no tenga ninguna relación con lo que tú has hecho.

El culparte suele ser una penitencia, un castigo por algo que has hecho mal.

“Pecaste, hiciste mal. Te hiciste mal por haber pecado, hiciste dos veces mal”. Dios, como nuestro Padre bueno, no quiere que nos castiguemos por los errores que cometamos.

Si por ejemplo herimos a nuestro padre, él no quiere que luego estemos una semana tristes y cabizbajos, flagelándonos por los rincones. Él lo que quiere es que ahora lo tratemos con un poquito más de cariño, de amor y así él se sentirá mejor, lo mismo pasa con nuestros errores a nivel divino. Cuando uno se entristece por haber pecado, es en realidad nuestro propio orgullo herido. Si lo que podríamos decir es “Parece mentira que yo no haga cosas peores”.

2.- Ponerse metas excesivamente altas.

El idealismo es bueno pero el sentido común es mejor.

Si en el planeta tierra sólo hay un atleta que reúne las características adecuadas para saltar 2.10, no podemos pretender nosotros hacer lo mismo, sería conveniente contentarnos con un 1.60 adecuado a nuestras características físicas. Si no me estaría dando el suspenso antes de examinarme.

Las metas por supuesto tienen que ser estimulantes para que las pueda conseguir. Ejemplo si quieres hacer más ejercicio físico empieza por dar unos paseos por la Naturaleza.

Hay que ser más compasivo con uno mismo, no exigirnos tanto. Ya estamos haciendo mucho intentando cada día ser un poco mejores y un poco más positivos.

Por tanto revisa tus metas en la vida y baja las expectativas, para así puedas

CONFIANZA

¡Ahora es el momento de convertirte en un “saltador al vacío”! Y es esta clase de confianza absoluta, sin reservas, ni redes de seguridad ocultas. Surge un tremendo sentido de excitación si podemos dar el salto e ir hacia lo desconocido, aunque la idea nos aterre por completo. Y cuando confiamos al nivel de un salto cuántico, no hacemos ningún plan elaborado o preparativos. No decimos: “De acuerdo, confío en que se que hacer ahora, así que dejaré mis cosas en orden, prepararé mi maleta y me la llevaré conmigo.”

No, ahora damos el salto sin pensar siquiera en lo que va a pasar al momento siguiente. El salto es lo crucial, junto con la emoción que produce a medida que caemos en el espacio vacío. La imagen nos proporciona, sin embargo, una sugerencia de lo que nos espera en el otro extremo, un azul de bienvenida, una rosa agradable , pétalos de rosa, algo sustancioso. ¡Vamos!

No desperdicies tu vida con aquello que se te va quitar. Confía en la vida,; si confías, sólo entonces podrás abandonar tu conocimiento, sólo entonces podrás dejar tu mente a un lado. Y con la confianza se abre algo inmenso: esta vida deja de ser ordinaria; se vuelve llena de Dios, desbordante. Cuando el corazón es inocente y los muros han desaparecido, quedas unido al infinito Y no te sientas engañado: no hay nada que se te pueda quitar. Aquello que se te puede quitar es algo que no vale la pena guardar, y aquello que no se te puede quitar ¿por qué tendría uno que tener miedo de que se lo quiten? No se te puede quitar, no hay posibilidad, no puedes perder

Fuente: Dory

Esta entrada fue publicada en Renacimiento. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta