¿Sabías que no eres el que piensas que eres?

¿Sabías que no eres el que piensas que eres?

¿Y sabías que tu búsqueda eterna de felicidad y amor no se cumplirá hasta que descubras exactamente quién no eres?

Sin darnos cuenta, la vida es producto del ‘yo’ que pienso que soy. Este ‘yo’ consiste de una multitud de creencias que no han sido investigadas, pero que nos dicen cual es la realidad.

Pensamos que la realidad ocurre en lo externo y que es independiente de la mente, pero no es verdad. La física cuántica tiene una teoría llamada el ‘efecto observador’ que ilustra que no hay ninguna realidad externa ni independiente de la mente porque, como ‘observadores’, afectamos a la realidad, nosotros la fabricamos. Como enseña correctamente la ‘Ley de Atracción’, tenemos el poder de la manifestación.

El desafío que todos enfrentamos es que el ‘yo’ no investigado es el ego, el que está atormentado por temores intermitentes, separaciones en las relaciones, dificultades financieras y enfermedad. Es un ser falso, una construcción mental, cuyo mantra para la vida es ‘busca pero no halles’. Hasta que tengamos el coraje de deshacer esta imagen propia que hemos forjado, podremos usar la ley de atracción todo lo que queramos, pero estará manifestando desde el mantra inconsciente, ‘busca pero no halles’. Sí, probablemente atraigas a un nuevo amor, auto, riqueza, o carrera; mas el ego se asegurará que pierdas en otra área de tu vida. Está programada para sufrimiento repetido. De esta manera permanecemos siempre con el foco en el ciclo de ‘desear, tener y devenir’… pero no tendremos paz.

Según Un Curso de Milagros, introdujimos una realidad mental alternativa (sueño) que llamamos el ego humano. Su aspiración a la fama fue que realmente creyó que podía representar el papel de Dios al usurpar Su poder. El costo de esta farsa universal fue inmenso. La masiva culpabilidad inconsciente fue el legado de haber rechazado al Creador para crear esta realidad, muchas veces sin amor, que llamamos el ciclo de vida y muerte. La culpabilidad monumental que sentimos tenía que ponerse en algún lugar donde no tuviésemos que enfrentarla; donde fuese invisible, y así fue que tuvimos la idea de la ‘proyección’. Al proyectar el concepto de separación (dualidad), descargamos nuestra profunda culpa inconsciente proyectándola sobre otros, creyendo de este modo que nosotros éramos víctimas de otros y de influencias externas.

¿Dónde estás tú en el medidor de culpabilidad?

La realidad que ves ahí afuera está hecha con la proyección de tu propia mente del ego. Es una manifestación externa de tus creencias inconscientes. Cada persona, cosa o situación es tu película. Lo que percibes ahí afuera es producto de lo que crees. Entonces, confiar en la verdad de lo que ves ‘ahí afuera’ es una falacia. Tu mente, junto con la mente colectiva del mundo, fabricó esta realidad, por lo tanto, si quieres que cambie lo externo sólo hay un lugar central desde el que puedas efectuar ese cambio: tu propia mente. Nosotros somos la ‘causa’ de nuestra vida, y la vida es el ‘efecto’; al revés de lo que suponemos. El ‘Medidor de Culpabilidad’ que sigue (tomado de ‘Llévame a la verdad, Deshaciendo el Ego’) es un intento de ayudarnos a identificar rápidamente cualquier culpa inconsciente que nos cause sufrimiento. Nos muestra de alguna manera, cómo se manifiesta en nuestra vida la culpa inconsciente en nuestras vidas. Puedes medir la culpa inconsciente que tengas en la medida que todavía experimentes lo siguiente:

Juzgas a los demás o percibes que ellos te juzgan

Reaccionas negativamente ante una ofensa percibida (con enojo, defensa, frustración o juicios, etc.)

Te juzgas tú mismo

Percibes una aparente injusticia en la forma de ataques percibidos

Percibes amenaza o ansiedad en el caso de adversidad personal o en el mundo

Tus necesidades percibidas no se satisfacen (dinero, relaciones, etc.)

Tienes “dudas” acerca de la beneficencia de tu vida. Percibes escasez

Percibes esfuerzo o sacrificio

Sientes molestias físicas o enfermedad

La culpabilidad es el núcleo y estímulo del ego. La mayor parte de esta culpabilidad no es aparente para nosotros; está oculta. ¿Dónde? ¡Gran parte parece estar afuera y en los demás! Tu propia culpabilidad no sanada está oculta en todos y en todo. Toda vez que juzgues a otro, o te sientas atacado, estás ‘proyectando’ tu propia culpabilidad. Sólo hay uno de nosotros en este sueño del ego, aunque aparentan ser muchos.

Hay un Creador que todo lo ama, posiblemente parecido a un espejo holográfico infinito. Sucede que nos hemos olvidado que somos todos fragmentos de ese único espejo. Un Creador que todo lo ama es AMOR, lo cual significa que no hay nada que no sea AMOR, y punto. El temor y sufrimiento no existen salvo en un sueño, un sueño que estamos soñando ahora mismo. Soñamos que estamos separados de Dios y que fabricamos un mundo en que parecíamos estar separados. Para comenzar a sanar nuestra percepción hace falta que reconozcamos que aquello que nos disgusta, nos presenta con un catalizador útil que nos puede ayudar a deshacer el ego. Deshacer nuestra vieja percepción a través del perdón revela el verdadero amor, paz y felicidad; de la clase que no puede ser afectada por nada ni nadie. Esfuerzo, sacrificio y sufrimiento deben quedar de lado cuando deshacemos el ego, el falso ser.

Ha habido un salto evolutivo recientemente en nuestra búsqueda colectiva de ‘propósito y significado’. Más allá de los límites de la religión organizada, han surgido buscadores espirituales independientes en pos de la Verdad. El Cielo no es un lugar donde vamos después de la muerte; es un estado mental que es nuestra herencia natural una vez que hayamos desmantelado la percepción del ego. El amor infinito impregna cada partícula de nuestra existencia, porque aquello que no es amor no existe. Si vemos o sentimos algo que no es amor, entonces literalmente percibimos ilusión. En la medida que todavía percibimos sufrimiento de algún tipo, ese es el grado de deshacimiento del ego que deberemos lograr.

Fuente Nouk Sanchez y Thomas Vieira