Aeronaves de la antigüedad

La relativa tolerancia  cultural en India ha evitado la destrucción de valiosos manuscritos de hace miles de años en los que se describen minuciosamente unas naves voladoras de diversos modelos. Algunas de estas naves utilizaban métodos de propulsión convencionales –hélices y rotores–; otras, sistemas antigravitatorios o mixtos, lo que demuestra que entonces se utilizaba una tecnología muy compleja.

Aunque en los textos sánscritos Mahabharata y Rarnayana se habla de vimanas -naves voladoras de forma circular, varios pisos, cúpula, y sonido melodioso-, los textos más conocidos sobre esas vimanas son el Samarangana Sutradhara y el Yuktikalpataru de Bhoja, que datan del siglo XII de nuestra era pero que se basan en otros mucho más antiguos. El primero describe los materiales utilizados -hierro, cobre, mercurio y plomo- y menciona un motor de mercurio que consistía en cuatro calderas de hierro donde se hervía este metal líquido cuyos vapores activaban un mecanismo situado en la parte superior y la vimana salía disparada emitiendo un sonido semejante al “rugido de un león”. También se describen los ángulos de vuelo, los aterrizajes normales y forzosos, así como las precauciones a tomar para evitar posibles colisiones con pájaros.
Por otra parte, en la Biblioteca Real de Sánscrito de Baroda, se localizó en 1908 un antiguo texto, el Vyrnaanika-Shaastra o Tratado de Aeronáutica, citado en 1875 por Swami Dayananda Saraswatl en su comentario del Riq Veda. Aunque la copia puede tener sólo unos siglos, el texto podría ser, según los especialistas, del siglo IV a. de C. Su autor Maharshi Bharadwaaja dice que se ha basado en documentos muy anteriores. Pandit Subbaraya Sastry lo reordenó y transcribió a un sánscrito clásico más inteligible y G. R. Josyer, director de la Academia de Investigación Sánscrita, lo tradujo al inglés.
Bharadwaaja explica en la introducción: “Trataré de la ciencia de la Aeronáutica, la esencia de los Vedas, y ésta será una fuente de alegría y beneficio para la Humanidad porque facilitará viajes suaves y confortables de mundo a mundo por el cielo”.
El antiguo manuscrito asegura proporcionar “el secreto para construir aeronaves que no se rompen ni se pueden cortar, ni incendiarse ni destruirse; el secreto de inmovilizarlas en el aire; el secreto de hacerlas invisibles; el secreto de escuchar sonidos o conversaciones de aeronaves enemigas; el secreto de obtener imágenes del interior de aeronaves enemigas; el secreto de adivinar el rumbo de aproximación del enemigo; el secreto de tornar inconscientes a las tripulaciones enemigas; el secreto de destruir aeronaves enemigas”.
En el capítulo primero se menciona al piloto, sus conocimientos y entrenamiento (vocalizar correctamente determinados mantras o sonidos de poder, por ejemplo), así como las rutas aéreas, diversas zonas de la aeronave, la vestimenta de los pilotos y su régimen alimenticio. En los capítulos segundo y tercero se hace referencia a metales, espejos y lentes. Se describen espejos parabólicos para concentrar las radiaciones solares y para neutralizar tres clases de fuerzas destructivas. En el cuarto se habla de siete fuentes de energía (fuego, tierra, aire, Sol, Luna, agua y cielo) y en el quinto, uno de los capítulos más extensos y difíciles de comprender por tratarse de un texto en un sánscrito técnico muy especializado, se habla de motores o yantras. También hay una descripción bastante completa de los motores de vórtice de mercurio. Los vapores de mercurio en ebullición describen una trayectoria helicoide en espiral, lo que materializa un vórtice o remolino de configuración muy especial. Estos vapores se condensan y recuperan en circuito cerrado. El caduceo con dos serpientes enrolladas alrededor de una vara y una esfera con alas en su parte superior, símbolo de cierto mercurio alquímico, podría ser una representación esquemática de ese yantra.
Por último, en el capítulo sexto, se describen cuatro clases de vimanas: shakuna, sundara, rukma y tripura. La shakuna, por ejemplo, lleva treinta y dos motores y alas de ángulo variable como los modernos F- 14. La tripura parece un enorme zepelín con ruedas retráctiles. El mecanismo del tren de aterrizaje con motores eléctricos, se describe con todo detalle. La rukma es de formato cónico, con una parte inferior cilíndrica y cuatro pisos. El piso inferior para los motores y los pisos superiores para la tripulación y los pasajeros. La sundara, más pequeña, es circular como un cono aplanado. Pandit Subbaraya Sastry hace una interpretación gráfica de esos distintos tipos, un tanto ingenua y con detalles de los aviones de principios de siglo, pero que se ajusta a la compleja descripción del texto original.
Cuando los chinos invadieron Tíbet y registraron a fondo el palacio del Dalai Lama, el Potala, encontraron unos antiquísimos documentos en un sánscrito arcaico que enviaron a la India. La doctora Ruth Reyna, de la Universidad de Chandigarh, se hizo cargo de la traducción y se quedó bastante desconcertada al descubrir que se describían unas naves llamadas astras capaces de hacer viajes interplanetarios con un sistema de propulsión antigravitatorio. Menciona una expedición a la Luna, aunque es difícil dilucidar si se realizó de verdad o fue sólo un proyecto. Al principio, los científicos indios mantenían una extrema reserva sobre el valor de esos documentos, pero cuando los chinos les anunciaron que algunos de esos datos serían estudiados para incluirlos en su programa espacial, se quedaron atónitos. Es probable que en otros países como Estados Unidos y Rusia, se estén ensayando en secreto algunas de esas tecnologías.
En algunos documentos se hace referencia a cristales de cuarzo o mani, que forman parte del término vimana. Así por ejemplo, el yantra, motor llamado shaktyaa- karshana (shakty = energía primordial) está equipado con seis cristales. Uno de ellos se encuentra en una vasija con ácido sulfúrico (bhraajaswaddraavada), otros en el foco de un espejo parabólico e interconectados por una serie de cables eléctricos.
Otros elementos importantes mencionados son el cobre, los imanes y electroimanes y los generadores eléctricos. Un material fundamental es la mica, no en láminas como en los aisladores eléctricos, sino pulverizada y mezclada con otros elementos antes de seguir un complicado proceso de purificación. Se citan treinta clases de estas micas. Muchas mezclas y recubrimientos incluyen aceites vegetales, plantas medicinales, semillas machacadas y en algunos casos hasta orina de elefante, asno y camello, así como huesos de rinoceronte.
Las detalladas explicaciones de cada componente resultan muy difíciles de comprender por estar inscritas en un esquema típicamente tecnológico que no tiene nada de esotérico, aunque en las sucesivas transcripciones es probable que se añadieran interpretaciones fantasiosas. Sin embargo, si no hubiesen existido estas vimanas, ¿qué sentido habría tenido escribir textos tan detallados técnicamente?
Inventos paralelos en nuestro siglo
En 1930, el científico austriaco Viktor Schauberger inició unos ensayos sobre un sistema para captar la energía del espacio -energía gravitatoria, taquiónica- por medio de un circuito cerrado de agua en el cual ésta describa una trayectoria de doble hélice en espiral hiperbólico bastante parecida a los circuitos de mercurio de las vimanas. En uno de los ensayos, el agua se aceleró sin control y alrededor del motor se formó una luminosidad azulada con una carga eléctrica estática de millones de voltios. Simultáneamente el motor se arrancó del anclaje del suelo y terminó estrellándose contra el techo. Después se aplicó el mismo procedimiento al menos a un prototipo de platillo volante que también se estrelló contra el techo del hangar. Se trataba de los Rundflugzeuge, aviones redondos construidos en secreto por el Tercer Reich, que al parecer volaron a finales de la guerra. Se producía un campo antigravitatorio por el llamado efecto vórtice del remolino del agua asociado a un campo electroestático de alto potencial.
También en los años treinta, Marcel Pagés en Francia, y Townsend Brown en Estados Unidos, lograron efectos antigravitatorios en sistemas con altos potenciales eléctricos estáticos. Pagés experimentó con un disco de mica activado entre los polos de una potente máquina electroestática que se mantenía misteriosamente en el aire, girando y emitiendo un zumbido semejante a una colmena de abejas. Por su parte, Brown utilizó condensadores con unos dieléctricos especiales cargados con cientos de kilovoltios, capaces de almacenar energía en sus tensiones intramoleculares. La forma de condensador que daba el mayor empuje antigravitatorio tenía una triple curvatura superior, una cúpula, como muchos platillos volantes. Faltaban muchos años para que empezara a hablarse de ovnis. Con estos prototipos hizo demostraciones en circuito cerrado delante de altos mandos de la Armada. Según expertos como Moray B. King, estos sistemas también se basan en el efecto vórtice producido por el campo electroestático y la forma especial.
En el Reino Unido, John Searl lograba obtener en los años cincuenta este efecto con imanes especiales que se mantenían en autorrotación, lo que inducía un campo electroestático de miles de kilovoltios, con un efecto vórtice que elevaba el pesado modelo a gran velocidad. Uno de los expertos de más prestigio mundial en antigravitación y garante de los descubrimientos de Searl, el japonés Sinichi Seike, por quien Werner von Braun sentía gran respeto, también utilizaba un campo electromagnético giratorio para lograr el efecto vórtice que, además del efecto antigravitatorio, emitía un chorro de energía capaz de volatilizar en frío cualquier metal o mineral, excepto la mica. Quizá esto es una explicación del abundante uso de este material en las vimanas.
El sistema Schauherger con circuitos espirales de agua o emulsiones de agua/aire encaja bastante bien con la descripción de algunos yantras, aunque éstos usaban vapor de mercurio cuyos pesados núcleos atómicos, en teoría,pueden cohesionar con más facilidad la fabulosa energía del espacio. Losotros sistemas electroestáticos y magnéticos para inducir el vórtice antigravitatorio no se describen con claridad en el Vymaanika- Shaastra, aunque se citan imanes, muchos electroimanes y generadores de electricidad estática, por lo que bien pudieran existir como sistemas alternativos, o para reforzar el efecto vórtice del mercurio.
En lo que respecta a cristales de cuarzo, las suposiciones de cómo podían haber sido utilizados son muy sorprendentes. Parece que estos cristales, por su estructura cristalina como tetraedros de vértices pulsantes con cargas eléctricas a nivel cuántico, son capaces de servir de puertas a otros marcos dimensionales y movilizar energías enormes, según demuestran algunos hechos. En este sentido puede citarse lo que le ocurrió al doctor Marcel Vogel, antiguo director de investigación de IBM, y experto en energías de cristales. Según Vogel, haciendo circular 100 ml de agua en sentido equivocado alrededor de un cristal tallado programado de forma especial, desencadenó inadvertidamente un potente campo de fuerzas que le lanzó por los aires y lo arrojó contra una pared a tres metros de distancia, delante de cinco testigos.
Afortunadamente no se rompió ningún hueso, pero al día siguiente tenía la cara inflamada con un eritema tan agudo, que no podía abrir los ojos. Por ello es probable que los mani, convenientemente controlados, formaran parte de otros yantras antigravitatorios. Existen también otras posibilidades antigravitatorias de aparente sencillez. Entre 1870 y 1890, en Estados Unidos, John Ernst Worrell Keely “eterificaba” la materia y liberaba enormes energías intermoleculares. Y ello con la sola combinación de tres acordes musicales. Un experimento que repitió muchísimas veces consistía en introducir doce gotas de agua en una resistente esfera hueca de acero, de unos cinco centímetros de diámetro. Al sonido de un acorde emitido por tres diapasones, el agua se “eterificaba” y se registraban presiones de hasta 2.000 atmósferas. Luego podía transmitir la energía de la esfera a través de un fino hilo de platino, a un pequeño modelo de zepelín, de unos cuatro kilos de peso, que se elevaba y evolucionaba por el laboratorio.
Keely estaba convencido de que lograba anular la gravitación, y sus demostraciones parecían confirmarlo. Fue muy discutido y considerado por muchos como un estafador y un farsante e incluso encarcelado por desacato al negarse a revelar su secreto, aunque fue absuelto pocos días después por el Tribunal Supremo. Por otra parte, tuvo importantes apoyos entre algunos científicos de la época, entre ellos Sir James Dewar, el inventor del vaso dewar, predecesor de los populares termos. Más recientemente, en 1993, el ingeniero americano Ben Iverson, ha estudiado el efecto de combinaciones de notas por medio de un PC programado con un interface de sonido para frecuencias muy precisas (ocho dígitos) y un sintetizador. Una noche consiguió un acorde con el que se llevó un gran susto, porque se escuchó un terrible ruido y pareció que la casa se derrumbaba. Parece, pues, que algunos sonidos de frecuencias muy precisas o sus combinaciones pueden movilizar energías impresionantes. Este sería el objetivo de los mantras que debían vocalizar los pilotos, quizás a través de tubos acústicos, desencadenando determinadas energías, ya fuera directa o indirectamente a través de los mani, que por sus propiedades piezoeléctricas son susceptibles de captar sonidos que pueden alterar su estructura cristalina e inducir cargas electrostáticas pasantes en su superficie. El mercurio, un buen transmisor y amplificador del sonido, también desempeñaría un papel importante.
Se han expuesto algunas ideas que pueden ayudar a comprender cómo con unas tecnologías actuales aparentemente simples, apenas divulgadas y por ahora de difícil control, se pueden movilizar energías fabulosas con efectos antigravitatorios. Algo parecido podría haber sido utilizado por las vimanas de hace miles de años. Ello implica el desarrollo de una Física con unas bases muy avanzadas, distintas de las nuestras e históricamente incomprensibles para aquella época, pero que al parecer permitió, además, desarrollar una tecnología capaz de producir armas nucleares de plasma. Desgraciadamente las guerras acabaron con esas civilizaciones y su ciencia de la que dan fe los escasos textos que han llegado hasta nosotros.

Fuente: http://62.81.205.108/paginasasp/Contenidosecciones.asp?ID=690&Nombre=GRANDES REPORTAJES——-

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