¿Qué pasa después de la muerte de alguien que amamos?

Etapas descritas por la Dra. E. Kubler Ross que pueden aplicarse al duelo

1) Negación y aislamiento: la negación nos permite amortiguar el dolor ante una noticia inesperada e impresionante; permite recobrarse. Es una defensa provisoria y pronto será sustituida por una aceptación parcial: “no podemos mirar al sol todo el tiempo”.

2) Ira: la negación es sustituida por la rabia, la envidia y el resentimiento; surgen todos los por qué. Es una fase difícil de afrontar para los padres y todos los que los rodean; esto se debe a que la ira se desplaza en todas direcciones, aún injustamente. Suelen quejarse por todo; todo les viene mal y es criticable. Luego pueden responder con dolor y lágrimas, culpa o vergüenza. La familia y quienes los rodean no deben tomar esta ira como algo personal para no reaccionar en consecuencia con más ira, lo que fomentará la conducta hostil del doliente.

3) Pacto: ante la dificultad de afrontar la difícil realidad, mas el enojo con la gente y con Dios, surge la fase de intentar llegar a un acuerdo para intentar superar la traumática vivencia.

4) Depresión: cuando no se puede seguir negando la persona se debilita, adelgaza, aparecen otros síntomas y se verá invadida por una profunda tristeza. Es un estado, en general, temporario y preparatorio para la aceptación de la realidad en el que es contraproducente intentar animar al doliente y sugerirle mirar las cosas por el lado positivo: esto es, a menudo, una expresión de las propias necesidades, que son ajenas al doliente. Esto significaría que no debería pensar en su duelo y sería absurdo decirle que no esté triste. Si se le permite expresar su dolor, le será más fácil la aceptación final y estará agradecido de que se lo acepte sin decirle constantemente que no esté triste. Es una etapa en la que se necesita mucha comunicación verbal, se tiene mucho para compartir. Tal vez se transmite más acariciando la mano o simplemente permaneciendo en silencio a su lado. Son momentos en los que la excesiva intervención de los que lo rodean para animarlo, le dificultarán su proceso de duelo. Una de las cosas que causan mayor turbación en los padres es la discrepancia entre sus deseos y disposición y lo que esperan de ellos quienes los rodean.

5) Aceptación: quien ha pasado por las etapas anteriores en las que pudo expresar sus sentimientos -su envidia por los que no sufren este dolor, la ira, la bronca por la pérdida del hijo y la depresión- contemplará el próximo devenir con más tranquilidad. No hay que confundirse y creer que la aceptación es una etapa feliz: en un principio está casi desprovista de sentimientos. Comienza a sentirse una cierta paz, se puede estar bien solo o acompañado, no se tiene tanta necesidad de hablar del propio dolor… la vida se va imponiendo.

Esperanza: es la que sostiene y da fortaleza al pensar que se puede estar mejor y se puede promover el deseo de que todo este dolor tenga algún sentido; permite poder sentir que la vida aún espera algo importante y trascendente de cada uno. Buscar y encontrar una misión que cumplir es un gran estímulo que alimenta la esperanza.

Fuente: http://www.renacerbuenosaires.org.ar/etapas.htm

Quiero compartir con ustedes lo que me está pasando porque siento como dice el Curso de Milagros que lo que yo gano, lo ganamos todos.

Siento que ahora son tiempos de un cambio super rápido.Lo que antes costaba una vida, ahora se hace en segundos.

1. Cuando estaba en el velatorio de mi madre, al lado del ataúd, levantaba la vista esperando que ella apareciera. Cuando íbamos al duelo, ella siempre era la encargada de decirme quienes eran los familiares. Entonces yo a mi misma, me decía: “No va a venir, está en enfrente de ti” Pero el sentimiento se repitió por lo menos unas diez veces. O sea la negación es una propuesta normal. La mente no se puede permitir el lujo de prescindir de alguien a quien ama. Es como que el programa de la muerte no está puesto y por eso se activa constantemente.

Aislamiento, también. No se quiere estar con nadie, ni ver a nadie. Es como que cuando muere alguien tienes que mirarte y sentirte.

En esta etapa también puede que tengamos culpa. La culpa es por cualquier bobería, no es importante. A lo mejor sólo fue que no dijiste una palabra.

Aquí hay que recordar nuestra impecabilidad y recordar nuestro origen, para perdonarnos y perdonar. Hacer que la partida para nuestro familiar querido no sea dolorosa y claro para nosotros tampoco.

Una de las imágenes que he tenido de mi misma es como que cuando se muere un familiar querido, el aura se raja. Es una raja más o menos de un metro, dependiendo el nivel de relación que tuvieras con la persona. Y es como una gelatina que nos protege y nos quedamos sin protección. Por eso cuando alguien te habla, te puedes echar a llorar sin saber porqué. Es como que estás super sensible.

2. La ira también es normal. Imagínense  que rabia nos da que se muera alguien con el que estamos  compartiendo cosas. La mente aquí también hace de las suyas. Aquí a veces nos enfadamos con los familiares y por supuesto a lo mejor alguien podría pensar que Dios tuvo algo que ver.

Como yo he hecho muchas terapias se que los familiares ni Dios aquí tuvieron nada que hacer. Simplemente el tiempo de aprender para mi madre se acabó.

Ella me dijo hace cinco meses que no le interesaba ni el croché. Que era su pasión en esta vida. Por tanto fue su voluntad y ella decidió cambiar de estado porque su alma ya había hecho todo lo que se había propuesto para esta vida.

3. El pacto es importante. Pactar paz con nosotros y sentirnos bien es nuestra meta. Eso es lo más óptimo y elevado para nosotros y para nuestro familiar fallecido.

Y claro está el resto de la familia que nos quedamos,  podemos tener cuidado aquí, porque normalmente el amor es tan grande que nos queremos ir detrás de la persona que ha fallecido. Así que tenemos que revisar nuestras creencias y no tenemos necesariamente que amargarnos.

Yo cuando alguna vez he llorado siento a mi madre diciéndome, “en vida te pedí que no lloraras, imagínate ahora cual es mi deseo.” Y como somos humanos me lo permito y si si siento que es mucho, lo paro. La vida es fácil siempre, si ese es nuestro programa.

Nuestro objetivo : Permanecer sin   cargarnos con programas negativos sólo porque  nuestro familiar está desencarnado. El deseo de cualquier persona que amemos que se desencarna,  es que nosotros seamos felices.

Imagínense si ustedes se hubieran muerto: Su único deseo es que a toda la familia le fuera muy bien y que la muerte no fuera un trauma para los que todavía están  vivos.

4. La depresión. Este programa me lo quité. Siento que si entrara en depresión, no podría valorar lo que tengo.

La depresión es como un río de agua torrencial  que te roba el centro y te deja sin toma de tierra. Para no entrar en depresión tienes que saber cual es tu propósito de vida y empezar a mirarlo ahora, incluso con el dolor en el corazón. Al centrarte en tu Ahora , puedes limpiar cualquier programa pendiente  de sombra y de culpa. Así puedes hacer frente y sentirte bien, incluso en el dolor de la muerte.

Y no hay que olvidarse que siempre podemos convertir el peor de los momentos en una experiencia que nos ayuda y revitalizante.

5. Aceptación. Una vez leí en un libro que la muerte de un ser querido era uno de los factores más estresantes que podían haber.

Aceptar y poner en el corazón lo que te pasa es decir:” Si” a lo que nuestra madre o familiar querido ha hecho, sin juicios, ni molestias. Es como decirle que si a la Vida. Asentir a la vida, para seguir adelante.

Eso es el deseo de la Vida, que se sigamos todos  adelante, los muertos y los vivos. La muerte no es real. Sólo muere un trozo de carne. El espíritu es inmortal  y continúa viviendo y evolucionando. En nuestra cultura nos han enseñado a sufrir y rodear de un velo oscuro lo que pasa. Ahora en la Era de Acuario podemos desmitificar. Mi madre sigue viva en mi corazón y en el de todas las personas que la recuerdan con amor y ahora como espíritu tiene otra evolución diferente a nosotros, pero es evolución.

Nuestra meta es fluir como el agua sin miedo y hacia nuestro destino evolutivo: Una vida fácil, divertida e interesante y los retos que nos encontramos son bendiciones que nos ayudan a ser más felices en nuestras vidas, porque todos somos Unidad. Tener éxito es nuestra responsabilidad. Basta de victimitis. Somos Co-Creadores, no nos vamos a permitir ser víctimas cuando en realidad todo ha sido una creación nuestra y de nuestro familiar que ahora está desencarnado.

Mi madre está evolucionando también y está contenta con la evolución de todos. Podemos mirar la vida con los ojos de un niño. Mis sobrinos están muy contentos porque su abuelita está en el Cielo y nosotros también podemos estar felices con la misma idea.

Cambio de mentalidad y cambio de pensamiento.

¡Si a la Vida, si a ser los seres de Luz que realmente somos,  sin limitaciones de ningún tipo Vivos o Desencarnados seguimos evolucionando!.

¡Nos lo merecemos y estamos dispuestos a hacerlo y nuestros familiares desencarnados están con nosotros haciéndolo.!

Fuente: Mariposa.

Esta entrada fue publicada en Renacimiento. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta