Carta a mi propia imagen del masculino

Gracias papá, te amo, te aprecio, te acepto tal cual eres en todas las dimensiones espacio tiempo; te agradezco por tu presencia, tu luz y tu fuerza.

Me responsabilizo de todo aquello que yo acepté e integré en mí como verdadero.

Reconozco que tú cumpliste tu labor de acuerdo al cumplimiento del contrato de alma que ambos acordamos; nos perdonamos por cualquier sufrimiento que hayamos co-creado y nos agradecemos las lecciones que ambos obtuvimos.

Nos liberamos de toda historia de dolor, de miedo, de enojo, de tristeza y su consecuente causa-efecto en nuestras vidas.

Se que me he convertido en quien hoy soy gracias a tu aportación a mi vida. Todo lo que necesite corregir y mejorar, es ya labor mía y me se acompañad@ por ti en cada paso, pues el cordón que entreteje tu corazón al mío es inquebrantable y siempre palpitante.

Es tu mirada la que me ha enseñado a ser mirad@ y reconocid@; es tu amor el que me ha mostrado cómo merezco ser amad@, la que me ha dado confianza para mostrar mi fuerza. Son tus caricias las que han dejado memoria en mi piel para sólo permitirse ser tocad@ por el otro en total amor y entrega.

Como tú y yo somos inocentes, ya está sanado todo lo quedó aparentemente pendiente de sanar.

Te miro, y miro a todos los hombres que te anteceden.
Los honro.
Te miro, y miro tu historia.
La entiendo.
Te miro, y miro los duelos, las heridas.
Las comprendo.
Te miro, y miro las imposibilidades.
Las acepto y perdono en mi corazón.

Porque cuando te miro, miro lo Masculino en mi y cuando mi mirada es en compasión, esta mitad en mi comienza a sanar y se hace la luz.
A partir de hoy confío en poder integrarte en mi: masculino sagrado, verdadero, auténtico, también amoroso y presente.

Autor: La Unidad

Esta entrada fue publicada en Activaciones cuánticas códigos de luz. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.