Siempre que queramos cambiar a alguien de nuestra familia porque sufre mucho podríamos recordar esto.
Me doblo ante el suelo en actitud de reverencia y le digo:
Te honro por tu elección. Tú como yo estás conectado a Dios y sabes que lo que es mejor para tu ser.
Elijo un camino de paz y de amor para ti en mi corazón.
Ahora elijo recordar que todo es un sueño y tu dolor también es un sueño que me estoy imaginando yo en mi sueño. Decido dejar de soñar con el dolor. Decido soñar con el placer con el amor y con el perdón. Ya todos estamos soñando un sueño feliz.
Fuente: Mariposa