Comenzamos hoy a afirmar algunas de las bienaventuranzas a las que tienes derecho por ser quien eres.
Soy bendito por ser un Hijo de Dios.
Soy feliz y estoy en paz; soy amoroso y estoy contento.
Soy bendito por ser un Hijo de Dios.
Estoy calmado y sereno; me siento seguro y confiado.
Parte de la Lección 40 del Libro de Ejercicios de Un Curso de Milagros