¿Por qué no ser optimista en esta vida, esperando siempre lo mejor, encontrando siempre lo mejor, creando siempre lo mejor?
El optimismo trae energía; el pesimismo trae debilidad y fracaso.
Que el poder del Espíritu brille en ti y a través de ti, creando a tu alrededor un mundo de belleza, paz y armonía.
Cuando tu actitud hacia la vida es optimista, levantas el ánimo de las almas que te rodean, dándoles esperanza y fe en la vida.
Verás cómo siempre sucede que lo igual atrae a lo igual, que tu optimismo genera optimismo y actúa como una bola de nieve.
Siempre hay esperanza en la vida, aún cuando al principio no sea mas que una pequeñísima chispa intermitente.
Cuando esté en el ambiente adecuado, rodeada de amor y esperanza, esa chispa se avivará hasta convertirse en una llama y ésta crecerá cada vez más hasta que toda tú estés encendida con el combustible del Espíritu que no se puede sofocar ni extinguir.
Una vez que haya prendido, nada podrá detener su expansión.
Del libro “La voz interior” de Eileen Caddy