Servicio al otro y servicio a ti mismo

“A menudo podemos atravesar por periodos marcados por la indecisión, se siente que el tiempo pasa pero en lugar de sentir que el mismo es aprovechado, por el contrario, uno se siente estancado. Desde la perspectiva de la radiofrecuencia, podríamos decir que aquí el humano se encuentra frente a una ecuación de indecisión, donde aquella variable buscada para resolver una situación lejos de aparecer y resolver, por el contrario, no llega y desespera.

En la ecuación de indecisión, como se puede intuir, “los números no cierran”, mas entorpecen el logro de la meta: alcanzar la paz; quedamos encerrados en un paréntesis dentro del tiempo lineal. Pero como todo lo que existe en la vida es perfecto, también la indecisión es un maestra de vida que nos enseña a despertar, para decidir comenzar a vibrar en una frecuencia mas sutil.

Al estar vibrando por fuera del diferencial y la relación Ionogenomatica desconectada, el periodo de indecisión nos hace estar propensos a leves pero continuos  desequilibrios en la salud, que son percibidos como  desconectados entre si. Es que precisamente, cuando se atraviesa este estado no se termina estando ni en un lado del todo ni del otro lado tampoco, pero a su vez tampoco en el “centro”; no se “esta en el eje”, no estamos “centrados”, “equilibrados”, “dentro del DKG”, sino que estamos momentáneamente como desaparecidos, como “picoteando” el espacio y la realidad, y terminamos estando en ninguna parte.

En esa ausencia del Alma en nosotros, se produce cierta anarquia interna, se desequilibra la conexion mental con la emocional y corporal, porque reciben ordenes incoherentes o directamente no recibe ordenes, y al estar dispersos en la atencion ingresan alimentos o combinacion de ellos que de estar mas atentos no ingresarían; ingresan palabras, conversaciones o personas que de estar mas atentos usualmente no “ingresarían”.
Estas experiencias, si las vemos holodinamicamente y decidimos extraer el aprendizaje de las mismas, nos pueden enseñar a recordar que todo esta interconectado y a comenzar a adoptar una visión contextual de la realidad, en lugar de lineal, que sería decir: ” ahora me pasa esto”, “ahora me pasa esto otro”, y asi sucesivamente en el tiempo, pecibiendo la realidad solo como “reaccion” ante ciertos hechos y no la realidad como cocreacion conciente de nuestro Alma.

Toda experiencia es un aprendizaje .

Y así es, especialmente cuando sabemos que se hieren las susceptibilidades cuando hablamos del SAO (Servicio al Otro) y SAS (Servicio a Sí Mismo), cuestiones que claramente ya están esbozadas y pendientes de desenlace en un claro tablero donde existen dualidades y una ecuación de decisión:

Cada vez se hace más manifiesto el cambio en la percepción de aquellos que sin perjuicio de entender la realidad cuántica, se obstinan en aferrarse a los antiguos dogmas y paradigmas de un cada vez más caduco modelo SAS que se desmorona en cada uno de sus pilares básicos. Y es que un SAS nunca colabora en el servicio al otro, sino que se aferra a su propio ego y en esa línea se afana en materializar todo aquello que le consume cada vez más y más.

Los SAS que se agrupan, lo hacen para intentar ganar terreno a costa de no dejar avanzar a los SAO pues saben que estos últimos son creativos y si se les deja, consiguen cambiar la realidad.

Pero finalmente todo SAS, necesita rodearse de SAOs para alimentarse de la energía creativa que proviene de ellos a cambio de ¿nada?. Lo cierto es que en el momento en que los SAO toman conciencia de su SER, dejan de ser RES al servicio del SAS pues se dan cuenta del gran poder sutil que generan cuando en convergencia con otros SAO, son capaces de avanzar todo ese terreno que antes eran incapaces de avanzar debido a la atracción fatal del SAS.

El SAS es depredador, pues su única energía proviene de la explotación de los recursos del SAO. En cambio este ha tomado conciencia de su ilimitada capacidad para generar su energía que proviene del amor incondicional.

Cuando el amor incondicional se pone al servicio de proyectos y en compañía de otros SAO, se genera el principio multiplicador de la gestión de la abundancia. Es como si de pronto, toda la energía procedente del interior del SER, se regenerara infinitamente en un continuo florecer que permite la consecución de metas infinitas que el SAS no puede ni representarse, salvo cuando avanza depredando a otros SAS que ingenuamente le entregan su energía.

El avance empírico en este campo es que los SAS, se han desenmascarado durante este año 2011, y desde la ira, el odio y el miedo, no se dan cuenta que los SAO trabajan en un entorno colaborativo de creación ajenos a sus amenazas e interferencias. Por primera vez, se avanza en un escenario convergente de concordia en el que la discordia no se concibe.

¿ Y qué sucede entre los SAS? Dado que se trata de depredadores, comienzan su fagocitación. Comienzan a depredarse ellos mismos, mientras intentan, sin éxito paralizar las iniciativas de los SAO, que avanzan inexorablemente hacia la construcción, hacia el positivismo constructivo del amor incondicional.

Conclusión:

Y es que la mayor prueba de la inteligencia Universal se manifiesta en el momento en el que la biofísica, la genética y la ionogenomática convergen en la toma de conciencia del SER que como SAO descubre que puede mecerse en las ondas más sutiles de la energía y de esta forma modificar la realidad con sus pensamientos y emociones en un contexto de armonía consciente e inteligente, que nada tiene que ver con el inmediatismo del SAS.

Esa es la prueba del verdadero cambio, pues en ese mismo instante, los SAO toman conciencia de su gran poder, y sutilmente se apartan de los SAS que por primera vez en la historia de la humanidad quedan expuestos a sus propios miedos, apegos, pasiones y densidades, como si quedaran atrapados en la misma telaraña que antaño tejieron para atrapar a sus presas, los SAO, que ahora han aprendido a huir de forma sutil de sus antiguos depredadores y a integrarse en la simbiosis natural del propio Universo y sus energías.

Fluir, al igual que fluyen los osciladores armónicos del Sol que al cruzarse con las ondas fase, generan las estructuras subcuánticas que modifican la materia.

Sublime y sutil la incidencia de esas apenas perceptibles Resonancias Schumann, que tienen el poder de curvar el espacio-tiempo, haciéndonos partícipes de la dimensión cuántica de las emociones que fluyen en el silencio de nuestro interior y nos activan la energía y la creatividad.

Los SAS son agujeros negros, todo lo atrapan, mientras que los SAO son estrellas de energía incombustible que en un momento determinado del tiempo se ven potenciadas por el estímulo de la superonda que proviene del centro del cosmos”.

Fuente: StarViewerTeam International 2012.

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