Aaron Swartz: el padre de Creative Commons

Fue una de las mentes brillantes de su generación. Creó productos que usamos a diario. Revolucionó la tecnología. Nos salvó de leyes que hubiesen perjudicado nuestras vidas. Era único y se mató porque no podía seguir soportando la presión que le generó la justicia estadounidense. Podía llegar a pasar 35 años tras las rejas por haber descargado papers académicos. Como si se tratase de «Mr. Robot», la exitosa serie que tiene a un hacker como protagonista, la vida de este pibe está llena de código, computadoras y webs.

Aaron Swartz fue una de las personas más importantes que tuvo internet. Su genialidad se pudo observar desde chico. ¿El fin? Siempre quiso hacer un mundo mejor. A los 12 años creó un sitio llamado The Info para que quien lo deseara pudiera agregar cualquier conocimiento que tuviera. Más tarde otros podrían entrar para chequear esa información y hasta editarla si era incorrecta. ¿Les suena? Un pibe de 12 años había creado muchos años antes lo que hoy es Wikipedia, la enciclopedia más grande de la historia de la humanidad. El mismo concepto, la misma dinámica.

Trabajó en la creación del RSS, ese sistema utilizado por millones de personas a través del cual nos podemos suscribir a diferentes sitios y poder chequear todas las actualizaciones desde un solo lugar.

Cory Doctorow, autor de varios libros de ciencia ficción, blogger, periodista y coeditor de Boing Boing, lo describió como un pibe super combativo en la lista de correo de desarrolladores de RSS pero que nunca iba a las reuniones. Una vez se lo preguntaron y él respondió: “No creo que mi mamá me deje. Recién cumplí catorce años”.

Quizás muchos no lo conocieron, pero las personas más importantes del mundo de la tecnología sabían perfectamente quién era. Un chico genio terriblemente joven que había hecho cosas espectaculares y que prometía todavía más.

Tim Berners-Lee, el creador de la World Wide Web, tiene una mentalidad muy similar a la de Aaron. Él fue quien estableció la primera comunicación entre un cliente utilizando el protocolo HTTP en 1989. Tiempo después, en 1994, fundó la W3C para poder estandarizar el desarrollo de las tecnologías relacionadas a la web. Podría haber cobrado por sus avances pero, como Aaron, nunca estuvo interesado en el dinero.

Aaron y Berners-Lee se conocieron a través del querido IRC. El creador de la web dijo que Aaron era una persona-conector porque no solo se encargaba de desarrollar, debatir y tener ideas que otros a su edad ni siquiera hubieran soñado, sino que además movía a los que estaban a su alrededor para resolver sus propios problemas.

El sistema educativo

Como las personas que piensan más allá de la media, Aaron consideraba que el sistema educativo actual estaba muerto y que no le daba nada de las cosas que a él le gustaban, que no le enseñaba los temas que él amaba y no pensaba que tuviese sentido ir a una institución para aprender. No entendía que la tarea de un profesor sea la de enseñar lo que dijese un libro si ese mismo libro lo podía estudiar él solo en su casa.

Esto fue lo que dijo sobre la educación, con su voz acelerada, en una de las tantas entrevistas que dio: “Me sentía muy frustrado en la escuela. Pensaba que los maestros no sabían de lo que hablaban, que eran dominantes y controladores, y que los deberes eran falsos. Era como reunir a los estudiantes y forzarlos a hacer tareas improductivas. Comencé a leer libros sobre la historia de la educación, sobre cómo se desarrolló el sistema educativo y las alternativas que tenía y las formas efectivas en las que las personas aprendan realmente algo en oposición a solo vomitar hechos que otros maestros les dijeron. Eso me llevó al camino de cuestionar cosas. Una vez que me pregunté sobre la escuela en la que estoy me pregunté sobre la sociedad que construyó la escuela, me pregunté por el negocio detrás, me pregunté por el gobierno que creó toda esta estructura”.

Creative Commons

Tiempo después conoció al profesor de Harvard Lawrence Lessig, quien trabajaba en desarrollar lo que hoy conocemos como Creative Commons. Si bien hoy es famoso en todo el mundo, en ese momento se trataba de una verdadera revolución. Creative Commons quería hacer que las personas, artistas o generadores de contenidos pudieran darle derechos a quienes quisieran usarlos. La idea era pasar del All Rights Reserved a Some Rights Reserved. Fue Swartz quien redactó las bases que hoy forman parte de Creative Commons.

El nacimiento de Reddit, the frontpage of the internet

A los 18 años, en 2004, después de haber entrado a Stanford, se unió a Y Combinator, una de las incubadoras más importantes del mundo. Allí desarrolló una página para crear sitios webs. Se llamaba Infogami y no tuvo demasiado éxito.

Por ese motivo se unió a otro proyecto de la incubadora que, en ese momento, necesitaba algo de ayuda. Ese proyecto se llamaba — y se llama — Reddit. La red social sin dinero, sin demasiado desarrollo ni empleados comenzó a crecer de manera exponencial. Hoy el lema, si bien exagerado — aunque no tanto considerando la cantidad de noticias y memes que salen de él — es the frontpage of the internet. Actualmente Reddit es una de las redes sociales más grandes, importantes e influyentes. Antes era un refugio para nerds y geeks.

Tiempo después los compró Condé Nast y si bien para muchos emprendedores ser adquiridos por millones por una gigantesca empresa es algo espectacular, para Aaron no. Al menos no era lo que más le importaba. Dentro de Condé Nast se dio cuenta que la mayoría de los empleados no hacía nada. Jugaban al ping pong o probaban los últimos videojuegos que habían llegado a Wired (también de Condé Nast). Se empezó a volver loco por estar en un lugar donde, aseguraba, no se podía trabajar. Simplemente dejó de ir y, de esa manera y como lo explicó su hermano Noah, “se despidió a sí mismo”.

Aaron se dio cuenta de chico que todo podía cambiarse, que nada debía ser como estaba establecido y que lo que estaba establecido, muchas veces, estaba mal. Luchó y luchó para que algunas cosas sean modificadas. En el documental, llamado The Internet’s Own Boy y que está disponible completo en YouTube, habla de una manera directa, dura y profunda al respecto: “Me siento fuerte por creer que no es suficiente vivir en el mundo tal como es y solo tomar lo que se te da, y ya sabes, seguir las cosas que los adultos te dijeron que hicieras y lo que tus padres te dijeron que hicieras y lo que la sociedad te dijo que hicieras. Creo que siempre debes cuestionarlo todo. Un día tomé esta actitud científica de que ‘todo lo que sabes es provisional’. Cuando me di cuenta que había problemas fundamentales muy serios de los cuales podía encargarme, no encontré la forma de olvidarlo”.

Para una persona que pensaba tan profundamente sobre cambios sociales y básicos que pudieran ayudar a las personas, trabajar en Condé Nast, donde se preocupaban por mejorar el tráfico de Reddit, reseñar videojuegos o ver cuáles eran las series de moda era una mierda. Él quería ir más allá.

Compartir, compartir, compartir

Detrás de todo hacker está la intención de perseguir el conocimiento. Algunos quieren lucrar con ese conocimiento mientras que otros, como Aaron o Berners-Lee, quieren que el conocimiento esté al alcance de todos. De esta manera nació Open Library. El proyecto tenía la intención de tener todo los libros que existieran en la plataforma. Cero ambicioso.

La idea era simple y muy del estilo de las ideas que tuvo Swartz a lo largo de su corta pero fructífera vida: hacer que el conocimiento esté lo más cerca posible y fácil de acceder para cualquiera que quisiera consultarlo.

La idea de Aaron sobre el proyecto era la siguiente: “El sueño es construir una web donde puedas saltar de libro a libro, de autor a autor, de tema a idea, navegar un vasto árbol de conocimiento que se perdió en grandes librerías físicas, que es difícil de encontrar y que no es fácilmente accesible en internet. Es importante porque los libros son nuestro legado cultural. Los libros son el lugar donde la gente escribe cosas y que todo eso sea tragado por una sola corporación es escalofriante”.

El problema es que muchos libros tienen derechos de autor y publicarlos sería ilegal. Por ese motivo se inclinó para el lado de los libros con dominio público. Pero había un inconveniente. Muchas veces esos libros que deberían ser accesibles están en librerías remotas y que sea de dominio público no tiene nada que ver con que sea accesible para todos.

Brewster Kahle, fundador del Internet Archive, explicó que la intención de Aaron era hacer que ese dominio público sea realmente público y eso, como no podía ser de otra manera, le generó muchos enemigos. Los primeros de una gran lista que incluiría policías, agencias gubernamentales, abogados obsesionados que querían que él estuviera tras las rejas y más.

No te metas con la justicia

Después de un tiempo entró en juego PACER (Public Access to Court Electronic Records). Es un sistema que permite acceder a los registros electrónicos federales yankees. Si bien los documentos deberían estar al alcance de cualquiera que quisiera consultarlos, los usuarios debían pagar. Costaba 10 centavos por página. Obviamente cobrar por registros de la corte es ilegal, pero como generaba tanta guita (millones y millones de dólares anualmente) la Justicia yankee se hacía la boluda.

Carl Malamud es el fundador de Public.Resource.Org y un férreo detractor de PACER. No solo porque su sistema era desastroso sino también porque funcionaba mucho mejor para aquellos que tenían una tarjeta de crédito y podían pagar. Swartz, quien amaba todo lo que significara liberar cosas, lo contactó y comenzó a trabajar con él.

La corte estaba recibiendo muchas quejas en el Congreso por este motivo y, para hacer todo más “legal”, abrió 17 bibliotecas alrededor de Estados Unidos donde distribuyó los archivos. Como desde ese momento se pudieron empezar a consultar a través de computadoras instaladas en las bibliotecas, un pibe llamado Stephen Shultze creó un código que, una vez instalado, permitía descargar página tras página.

Cuando Aaron conoció a Shultze y vio el código se volvió loco, lo mejoró y, al tiempo, ya tenían 760GB de páginas (alrededor de unas 20 millones) guardados. Una bestialidad. La noticia llegó al New York Times.

Y es de manual: si empezás a joderle al Estado un negocio los enemigos que podés llegar a hacerte son jodidos. En este caso gente del FBI comenzó a vigilar la casa de los padres de Swartz en Illinois. La investigación en ese momento fue desestimada porque, en resumen, no había hecho nada malo.

Lo que no debería cobrarse

Si bien hasta ahora Aaron, siendo todavía un pibe, ya había hecho más que casi cualquier otra persona en toda su vida, todavía no había terminado. Tiempo después se metió con los documentos y papers académicos. Y acá los problemas fueron un mucho más graves.

Aaron decidió ponerse a estudiar a las instituciones este tipo de artículos. JSTOR era una de esas. Se trata de una empresa investigaciones que los publica cobrándole a las universidades y diferentes entidades para que puedan acceder a ellos. Muchos de estos artículos y papers habían sido pagados con plata del gobierno a través de, por ejemplo, subvenciones. Él, por ese motivo, consideraba que no deberían ser cobrados.

Y rápidamente se le prendió la lamparita cuando notó que en el MIT los alumnos tenían acceso a todos los archivos de JSTOR. Lo que hizo fue muy simple. Creó un pequeño script en Python que lo que hacía era descargar un paper tras otro, puso una computadora en el sótano que no paraba de bajarlos e iba de vez en cuando a cambiar el disco rígido. Las autoridades del MIT lo encontraron, pusieron una cámara, lo grabaron y se pudrió todo para el carajo.

Lo acorralaron dos patrulleros, lo atacaron y él no sabía ni siquiera qué estaba pasando. Solicitaron órdenes para registrar su casa, su departamento y su oficina en Harvard. De la policía escaló al Servicio Secreto y, finalmente, lo arrestaron. Fueron contra él con todo. Le decían que tenía pocas posibilidades, que iba a perder, que iba a terminar en cana por más tiempo. Le ofrecieron pasar tres meses en la cárcel, un par más en un correcional y después un año de prisión domiciliaria. Todo sin usar una computadora. Dijo que no.

El 11 de julio de 2011 la Justicia de Estados Unidos acusó a Swartz de cuatro delitos y lo arrestó. Ese mismo día en Inglaterra dos miembros de LulzSec fueron arrestados. LulzSec es uno de los grupos de hackers que más llamó la atención en los últimos tiempos. Sus miembros eran crackers (expertos con conocimientos de seguridad informática que solo hackean para romper los sistemas) que habían cometido crímenes reales. Querían dejar a Aaron expuesto de la misma manera.

Según la Oficina de Abogados del Distrito de Massachusetts podía enfrentar hasta 35 años de prisión. Lo que pasó a continuación fue extraño. La gente de JSTOR retiró todos los cargos contra Swartz, quien quedó libre el mismo día. Si bien, según explicó el abogado, la gente de JSTOR nunca había sido servicial, tenían claro que lo que pasaba era una locura y decidieron dar un paso al costado. A través de un comunicado dijeron: “Es una decisión del Gobierno continuar con el proceso, no de JSTOR”.

Con los cargos retirados todo debería haberse disuelto o, al menos, tratado de una manera más racional. El gobierno siguió adelante. Según el padre de Aaron los abogados de la Justicia estadounidense le dijeron que todo era porque querían dar un ejemplo con el proceso que estaba enfrentando su hijo.

SOPA, PIPA y una imposible guerra ganada

Después vino SOPA, que era una ley yankee para frenar la piratería. La idea era parar con las descargas de contenidos con derechos de autor, pero la realidad es que iba mucho más allá y jugaba con la libertad de las personas de navegar o la capacidad de cerrar sitios. Como no podía ser de otra manera cualquier ley que eliminara libertades de los usuarios de la red tendría a Aaron en su contra.

El buzz que generaron en contra de SOPA, la cantidad de personalidades que los apoyaron, los servicios como Wikipedia, Reddit, Craiglist que estuvieron a su favor y hasta que la Casa Blanca saliera a declarar que no apoyaban SOPA hicieron que ganaran una guerra que ellos mismos pensaban perdida antes del comienzo. Después de semejante apoyo congresistas que ya habían declarado estar a favor de SOPA comenzaron a tirarse para atrás. Finalmente, la ley no prosperó. Todo gracias a activistas como Swartz que se pusieron la lucha al hombro.

El 12 de septiembre de 2012 fiscales de Estados Unidos hicieron una acusación de reemplazo contra Swartz. Por ese motivo pasó de enfrentar cuatro acusaciones a trece. Tanto la potencial fianza si caía preso como la cantidad de años que debería estar tras las rejas aumentó terriblemente. Todo por una ley viejísima que se había creado en 1986 por una película sobre hackers. Una ley creada a partir de una película.

Se trataba de WarGames con Matthew Broderick. En el film un adolescente, a través de unas computadoras, podía lanzar un ataque nuclear. La ley era conocida como Ley de Abuso y Fraude Electrónico.

El proceso legal que atravesaba tomó control de su vida y dejó de hacer todo. Se aisló y deprimió profundamente. “La amenaza de la cárcel lo aterraba”, dijo su madre. El proceso que enfrentaba le estaba costando millones de dólares y todo lo que había ganado hasta ahora con sus proyectos exitosos se lo había gastado. No quería ser una carga para nadie. La presión que sentía era demasiado grande y si bien logró soportarla durante varios años, finalmente se mató.

El 11 de enero de 2013, a los 26 años, Aaron fue encontrado muerto en su departamento. La policía reveló que una de las mentes más importantes y brillantes de su generación se había suicidado.

Su vida en un párrafo

Sus propias palabras expresan cómo era Aaron y qué es lo que quería en su vida:

“Pienso profundamente en las cosas y quiero que otros hagan lo mismo. Trabajo por ideas y aprendo de la gente. No me gusta excluir a las personas. Soy un perfeccionista, pero no permitiré que eso interfiera en el camino de la publicación. Excepto por educación y entretenimiento, no desperdiciaré mi tiempo en cosas que no tengan trascendencia. Trato de ser amigo de todos, pero odio cuando no me toman en serio. No guardo rencores, es improductivo, pero aprendo de mi experiencia. Quiero hacer del mundo un lugar mejor”.

Fuente: https://medium.com/observando/aaron-swartz-873f25af08eb

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