Dejar de recrear el dolor

IMG_3471Nada excepto tus propios pensamientos puede hacerte daño UCDM

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Llevo un tiempo sin recordar  sueños.
Agradezco profundamente a la divinidad en nuestro Ser, que me de permiso para recordarlo y lo quiero compartir.

En el sueño estaba en el mar y venían olas gigantescas.
El mar no era un lugar normal, sino que era un mar metido dentro de una gran cueva.
Entonces al retroceder para protegerme de la gran ola vi que solo había pared.
Las aguas eran transparentes como las de la imagen que pongo en la parte superior.
Luego al ver que no pude salir por detrás me fui al peligro a la ola que venía enorme hacia mi.
Al ir hacia ella comprobé con alegría que todas las rocas del suelo habían desaparecido, que ahora solo quedaba arena blanca y que las rocas que habían ya dejaron de ser peligrosas. O sea que me metí debajo del agua para que la ola pasara por encima de mi.
Cuando pasó la ola me sorprendí, porque esas olonas normalmente te mueven, te arrastran, te tiran y a veces hasta te revuelcan, ésta nada de nada, me sentí que pasaba muy suave, casi de forma imperceptible y dije: que alegría no era tan peligrosa como me había temido. Entonces aproveché para salir de ese lugar para no exponerme más al peligro.
Este sueños quiere decir.
Normalmente todo lo que nos pasa con los sentimientos es un gran mar donde las olas que estamos creando nos inundan. Ya tenemos las experiencias de olas pasadas por eso recreamos continuamente la misma energía, como sino fuera posible salir del programa, hasta que lo soluciones.

Por fin lo he solucionado. Por eso puse las dos fotos. Una de mar de sentimiento y otra de tierra, de florecimiento.

Mis pensamientos están actuando y están creando una nueva disposición de mi psique, para que yo tenga los nuevos programas en automático de amor y de paz.

DSC01267Al ver que no podía retroceder, me enfrento a mis miedos. Para atrás no hay escape, sólo mirar al miedo y decir me rindo. Por eso me metí debajo del agua y confié en Dios. Aunque no lo haya dicho antes, siento que es el proceso, al no tener miedo tenemos fe en que estamos a salvo y en que estamos en paz. Que lo que pasa nos ayuda y nos reconforta porque Dios está con nosotros.

Siento que es el momento de ir por la Calle de la Tolerancia hacia nosotros mismos, con más amor, más ternura, más presencia, más tranquilidad.

Así me pude salir del mar de olonas fuertes que lo arrasaban todo.

Si son mis propios pensamientos los que me pueden atacar puedo decidir de nuevo y dejar de ser atacada por mi misma. En el pasado elegía excusas como que  al  ser una mujer de isla y de estar cerca del mar, esas olas a lo largo de mi vida siempre han estado presentes. Me he bañado en situaciones en que estaba prohibido bañarse y por eso digo: Dejar de recrear el dolor. No más excusas para atacarme. 

Renuncio a mis excusas y se las entrego todas al Espíritu Santo, que El se encargue de todo en mi vida. Soy inocente y mi programa instalado en mi por El es el Amor que Soy y el Amor que vivo en nuestro Ser.

Si somos tolerantes y si somos amorosos el dolor ya no es necesario en nuestras vidas. Es como que los neuropéptidos diarios cambian y se estabilizan y ya no van a buscar el peligro. Ya hasta el aburrimiento es amoroso.

Que nuestros pensamientos estén llenos de inocencia y de bondad. Que la ternura inunde nuestra vida y que las olas del mar que se nos aproximan sean olas de perdón, de amor y de compasión por los demás y por nosotros mismos.

Fuente: Mariposa.

 

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