Dominar el arte de escoger

Hay personas que saben lo que quieren. Las observas tener una idea o concebir un objetivo, avanzar hacia él, y muy probablemente alcanzarlo. Hay otras, sin embargo, que ni siquiera saben cómo llevar a cabo el primer paso: saber qué es lo que quieren alcanzar.

En este artículo abordaremos ampliamente la técnica en el arte de escoger. No será un aburrido tratado sobre evaluación de decisiones, no pretendo enseñarte a darle vueltas a las cosas de tal manera que anules el propio deseo de escoger. Aquí aprenderemos a escoger, con toda la sencillez.
“¿Quién tiene la prioridad aquí, Manolo?”

UN CORRECTO MINDSET

Es probable que creas que existe algo que debes hacer, un destino preparado para tí. O quizá no crees en el destino, no piensas que hay un camino único, pero la ausencia del mismo te deja perdido sin saber qué ruta tomar. En cualquier caso, no eres capaz de responder a la pregunta “¿qué es lo que quiero?”
Hay un destino que alcanzar, algo predefinido que debes conocer y que es tu verdadero camino, pero no lo conoces aún y se te escapa constantemente.
Sencillamente no sabes nunca qué escoger, sin más. Cuando te preguntan si quieres algo, dudas sobre la respuesta. No es que no quieras hacerlo, es que no sabes si realmente te apetece o si es lo que deseas.

El principal obstáculo es la manera de concebir el problema. En todos los casos, crees que hay algo “ahí fuera” que debes alcanzar o aprender previamente que te proporcionará lo que debes saber para poder elegir correctamente. Observa que con esta primera perspectiva, lo que está “afuera” nos proporciona algo que necesitamos.

Esto lo hace todo mucho más difícil, porque cuando ese algo está ahí fuera, no depende de ti y escapa a tu control, lo que provoca malestar y desequilibrio.

La clave consiste en invertir el esquema: en lugar de que el conocimiento de lo que se quiere hacer provenga de fuera, situaremos su orígen en nosotros mismos, y generaremos algo que poder disfrutar.

En realidad, no hay nada “ahí fuera”, y con este ligero cambio de perspectiva serás capaz de dar solución al problema.
Si crees en que hay un destino, un camino único que hallar, piensa que ese camino empieza exactamente dónde te encuentras, bajo tus pies. El camino parte de tu interior, tu eres tu propio mapa y el creador de ese camino.
Si no crees que haya un camino único, pero no sabes qué escoger, simplemente escoge. No hay una respuesta más acertada que otra, ni algo que te llenará más. Si no sabes qué escoger, escoge.

Ahora hemos situado el control en nosotros mismos, ya no está “ahí fuera”. En ambos casos, no hay algo que tenga que suceder para dar solución a tu problema, nada que no sepas o no hayas aprendido. La habilidad para encontrar lo que quieres no está fuera esperando, está dentro de ti y siempre ha estado ahí. Con esta nueva mentalidad o “mindset”, has recuperado el control y la capacidad para generar tu propia respuesta a lo que “realmente quieres hacer”.

El mundo tiene la cualidad de adaptarse a lo que tu le pidas, si quieres un destino, créalo tu mismo conforme a tus deseos. Escoge.

EL DEPORTE DE ESCOGER LO QUE QUIERES: ESCOGE!

Lo que acabamos de ver puede resultar difícil de ver, porque ahora estás desentrenado. Encontrar lo que realmente quieres es como un deporte, cuanto más practiques el arte de escoger, más hábil serás. Ahora no tienes mucha práctica, así que al principio las dudas te asaltarán, como un deportista principiante. La solución es la misma que en el deporte: tienes que entrenar.

La primera vez que empiezas a practicar un deporte, no tienes criterio ni tampoco automatización. En fútbol, no sabes bien si es mejor pasar o tirar a puerta, ni tu cuerpo reacciona con precisión, más bien lo hace con torpeza y la sensación es de inseguridad. Pero tras algún tiempo entrenando, empiezas a saber intuitivamente lo que debes hacer, y tu cuerpo reacciona automáticamente con movimientos precisos. Lo mismo sucede con la elección, con el tiempo, escoger será una habilidad entrenada y por tanto lo harás automáticamente y sin pensar. Sencillamente sabrás qué hacer en cada momento. Si no entrenases en fútbol y lo dejases el primer día, nunca llegarías a disfrutar del juego. De la misma forma, si no entrenas en tomar decisiones, nunca escogerás nada y siempre te sentirás perdido en un océano de posibilidades.

Ejercicio práctico: Imagina que eres un deportista, acabas de empezar en este nuevo deporte llamado “escoger lo que deseas”. Piensa en una decisión que se te vaya a presentar en un futuro próximo, empieza por algo sencillo, como por ejemplo el fin de semana. Ahora vamos a entrenar para cuando llegue el fin de semana.
Escribe en un papel las opciones que te vengan a la mente. Añade todo lo que se te ocurra, si no sabes bien qué poner, observa lo que hacen los demás (cine, salir a tomar algo, visita a museos). Si tienes algún amigo especialmente aventurero, anota también lo que él hace, aunque no te veas haciéndolo, simplemente para contemplar la opción (escalada, rafting, senderismo…).
Cuando lo tengas listo, repasa visualmente la lista, y ve sintiendo lo que te inspira cada opción. Si no te inspiran nada o no te ves haciendo nada de esto, no importa de momento, llegará el momento en el que el entrenamiento te provea de criterio y podrás saber qué te apetece más, entrenar la cualidad de poder discernir qué es lo que se acerca más a tus gustos forma parte del ejercicio.
Si alguna de las actividades te ha inspirado especialmente, márcala, esa será una de las actividades que realizaremos.
Si ninguna te ha inspirado, simplemente escoge una de ellas. Intenta forzarte un poco, salir de tu “zona de comfort”, escoge algo que normalmente no harías. Por ejemplo, entre salir al cine o salir de senderismo, escoge la segunda, tiene muchas más probabilidades de aprendizaje que ir al cine.
Cuando llegue “el día del partido”, en este ejercicio el fin de semana, realiza la actividad. Pide a tus conocidos que te echen una mano, si has escogido senderismo, llama a alguien que haga senderismo y pídele que te eche una mano, así tendrás una guía y no te pondrás excusas para no hacerlo.
Recuerda que lo que “realmente quieres” parte de tu interior, así que mientras realices la actividad, intenta emanar alegría desde tu interior, sé positivo e infunde ese positivismo en la actividad. Por supuesto, esto no quiere decir que si algo no te gusta realmente, debas persistir, pero normalmente se puede disfrutar cualquier actividad, el entrenamiento nos irá diciendo qué actividades se ajustan mejor a nosotros.

Repite este proceso regularmente, y ve probando diferentes actividades. Puedes ir de senderismo el sábado y al cine el domingo, por ejemplo. Haz especial hincapié en aquello que no has probado nunca, porque te brindará nuevas oportunidades de conocerte a ti mismo, una excelente opción para el crecimiento personal.

Cada vez que se te presente una elección, dale la bienvenida, ¡es una oportunidad para entrenar! Disfruta de tus elecciones, si te sientes inseguro es porque aún no has entrenado lo suficiente, utiliza cualquier momento de elección para entrenar.

DECISIONES COMPLEJAS

¿Qué debo hacer ante una decisión difícil? ¿Cómo decido si quiero escoger una carrera universitaria u otra? ¿Es bueno hacer un máster o quizá debo buscar un trabajo?

“No se pierda usted, abuelo”

El procedimiento ante decisiones complejas es el mismo. Escoger lo que realmente quieres se hace en el momento actual, y no depende de ningún otro factor. Si las ventajas e inconvenientes se te antojan iguales, escoge una de las dos al azar, pero escoge.

La clave de la decisión es tomarla cuando se presenta. Si dudas entre hacer algo o no hacerlo, hazlo. Cuando menos, tendrás la experiencia que brinda el entrenamiento, es mejor que no tener nada y quedarte como al principio.

Tampoco te enfoques mucho en el análisis de consecuencias. Tendemos a intentar prever las consecuencias de una elección, cuando incluso siendo certeros en nuestra previsión pueden darse factores imprevistos que alteren el resultado. Toda información relevante sobre la decisión la tienes ahora mismo, céntrate en lo que sabes ahora, no en lo que crees que pasará.

Easy AdSense by Unreal

Sigue el mismo ejercicio que hicimos antes, si no sabes qué escoger, escoge algo. Lo que escogemos suele ser reversible: normalmente puedes cambiar de carrera, de profesión, de actividad. Así que no te preocupes mucho y escoge.

Si hemos entrenado ya un poco, seguramente decisiones más importantes serán tanto más sencillas de tomar, sentirás “feeling” por alguna u otra opción y te inclinarás por ésta naturalmente. Recuerda forzarte a escoger cosas que supongan un desafío, en ocasiones es un buen factor de motivación. No te cierres puertas ni te limites, con más entrenamiento serás capaz de decidir y hacer cualquier cosa que te propongas. Recuerda: tus sueños pueden ser reales.

NO SEAS REALISTA

Ser realista no significa nada, porque la realidad no existe. “Ser realista” es lo que te dicen para que abandones tus sueños y vivas en un camino de conformismo.

¿Qué es ser realista? ¿Qué es la realidad? La gente realista es un colectivo que sólo llevan a cabo decisiones seguras, o sea, que nunca salen de lo que conocen, y no toman decisiones que comporten un desafío. En mi opinión, no hay creencia que limite más que el “ser realista”, además de no saber con seguridad qué parámetros conforman el “realismo”.

Sé imaginativo, original, y adopta todo el riesgo que quieras. ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Que aprendas de tus errores? ¿Que ganes en madurez y autoconocimiento? El riesgo es un indicador de aquello que supone una oportunidad de crecimiento personal, no la desperdicies siendo realista.

LA ÚNICA ACTIVIDAD QUE DEBES HACER

Cuando digo que no hay nada que debas hacer, que las decisiones las tomas momento a momento, me refiero a las decisiones que respectan al contenido de tu vida.

Hay una actividad, no obstante, que es general para todos. Aunque puedes postergar e incluso evitar esta actividad, su práctica te llevará a comprender cualquiera de los temas de los que tratamos aquí sin necesidad de ser instruído o obtener información adicional. Es la única actividad inherente al ser humano, y la más importante que puedes llevar a cabo.

Esa actividad es el autoconocimiento, el “temet nosce”. Este es el único viaje a emprender, y la única aventura en la que sólo tu puedes ayudarte. Puede ser tan sencillo o tan complejo como tu quieras, y la recompensa puede ser mayúscula, pues un vasto universo se esconde tras ello.

¿SERÁ LO QUE REALMENTE QUIERO?

Una de las preguntas clásicas: “¿es esto lo que realmente quiero?” ¿Lo que realmente quieres? ¿Te refieres a un propósito supremo? ¿Lo que quieres de la vida en general? ¿Lo que un ser superior espera de tí? Eso es sólo una abstracción, una generalidad, una ilusión. ¿Te sentirías más a gusto sabiendo que el propósito supremo es coleccionar pinzas de tender la ropa? ¿Crees que hay un propósito predefinido? El sentido de la vida no es un pack de IKEA. No está pre-diseñado para ti. Puedes hacer lo que quieras y obtener lo que quieras en el mundo.

Lo que realmente quieres lo escoges momento a momento, no hay una decisión vital que te abra las puertas a tu destino. Ni tampoco una que te las cierre. Hay puertas abriéndose y cerrándose en cada momento, lo único que debes hacer es sentirte a gusto en el momento de decidir, nada más.

Para hacerle justicia a la semántica, tendríamos que decir que si lo has escogido, era lo que realmente querías, por definición.

Practicando el arte de escoger y disfrutar aquello que haces te llevará a perfeccionar tu habilidad. Las pequeñas decisiones te llevarán a otras algo más grandes de manera natural, y cuando acabes alguna actividad algo más compleja, mirarás atrás y te darás cuenta de que acabas de completar un propósito de vida… ¡¡del que has disfrutado!!

NO BUSQUES LA FELICIDAD EN LO QUE HACES

Durante años, yo mismo busqué la autorrealización en lo que hacía. Creía que había algo que debía hacer por tal de sentirme completado y realizado. Permíteme ilustrarte en mi error, no necesitas tropezar también con lo mismo.

La actividad no te completa, la actividad se te presenta con objeto de obtener la experiencia, la vivencia de interrelacionarte con tu entorno.

La felicidad tampoco se encuentra “ahí fuera”, parte de tí mismo y está presente en cualquier cosa que hagas. La infelicidad es producto de creer que no se posee la felicidad y por tanto se busca su consecución, lo que origina malestar y desequilibrio. La ironía es que cuando se deja de creer que se está incompleto, te das cuenta de que siempre estuviste completo.

Realiza actividades como medio de experimentarte a tí mismo, no como medio de obtención de algo superior. Jugar al fútbol o escuchar música conllevan la recompensa en la propia actividad.

EN RESUMEN…

Sigue el reguero de las pequeñas decisiones que tomas momento a momento, ellas te conducirán a tu verdadera voluntad. ¿Qué alternativa hay? ¿Abstenerse de escoger? ¡Puedes hacer cualquier cosa.

Fuente:  Desarrollo personal inteligente

Esta entrada fue publicada en Elige de nuevo. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta