Poema maya

Nadie te da nada, tú eres la fuente.
Vas a recibir lo que des.
Lo que estás dando, es lo que estás siendo.
Lo que estás siendo en relación a otros,
es lo que estás experimentando.

A quién te estás dando?
A quién estás recibiendo?
A quién estás experimentando?

El estado del ser que elijas experimentar
en relación a otros será la causa
de lo que TU MISMO experimentes.

Nadie puede ingresar en tu mundo interior.
Lo que seas en relación a los otros serán contigo.
Es el ser que experimentarás.

La ilusión te hace creer que te relacionas con otros.
Pero eso no es posible.
En todo momento te relacionas contigo mismo
en presencia de otros.

La vida siempre te dará lo que decidas ser.
No importa con quienes te relaciones, tuya será la experiencia.
En todo momento estás eligiendo y decidiendo,
manifestar, crear y experimentar,
algún aspecto de tu ser.

Y son tus aparentes relaciones con los demás,
lo que te permiten conocerte a ti mismo,
en tu propia experiencia.

Solo existe una relación, es la relación contigo mismo.
Los otros y los acontecimientos son ángeles y milagros,
convocados por ti mismo.
En tu camino de realización, en tu sendero hacia tu ser real.

Siempre se te dio, lo que has pedido y
en todo momento pediste al aspecto de tu ser
que decidiste manifestar.
Al final del camino, cuando finalice este capítulo
del libro de tu vida.
Nuevamente serás consciente de la inocencia absoluta,
de quienes te acompañaron y verás que ellos
te permitieron cumplir con tu anhelo jamás imaginado.
La posibilidad de experimentar tus aspectos más elevados.

Verás que ellos cumplieron con todos los pactos acordados,
que te llevaron muchas veces a experimentar tus aspectos
más bajos y así hacer físicamente posible que
te manifiestes conscientemente.

La gran justicia te será revelada, cuando seas capaz de ver,
que nadie jamás te dañó, y que todos los daños recibidos,
fueron por ti imaginados, creados y experimentados.
Similarmente y ante tu sorpresa, también sabrás que
aquellos dolores y sufrimientos
con los que tu creías dañar a otros,
fueron también fruto de tu propia imaginación.
Porque lo que es para ti, es exactamente igual para tus hermanos.

Todo dolor y sufrimiento padecido,
fueron por ellos imaginados, creados y experimentados.

Fuente: Los mayas

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