¡Que cambien los demás! o ¡Cambio yo y dejo tranquilo a los demás!

Las reacciones que tenemos en nuestra vida son siempre el resultado de lo que hemos pensado o sentido en el pasado.

Personalmente he comprobado que cuando  se crea un espacio tan seguro y amoroso como el que se consigue en los talleres que hago, (y esto lo digo desde la humildad de que todos somos brillantes),  el alma crea a veces desasociego  al salir “fuera” (recuerden que no hay nadie  ahí fuera, porque nosotros hemos creado ese “ahí fuera” para completarnos).

En “La desaparición del Universo” de Gary R. Renard nos esclarece:” Si no hay nada fuera de tu mente, entonces juzgarlo es concederle poder sobre ti, y no juzgarlo es retirar el poder que tiene sobre ti. Esto ciertamente  contribuye al final del sufrimiento”.
Por tanto  cada vez que nos reunamos en el nombre del Amor, les invito a que tengan presente que todo está colaborando para que seamos los auténticos seres que realmente somos.

Y cuando  al salir, nos pase algo aparentemente “raro”, les invito a que tengan presente la herramienta de   los tres componentes del perdón que se nos ofrece en  el libro anterior:

“Recuerdo que estoy soñando,

perdono tanto a las imágenes proyectadas como a mí mismo por soñarlas

y confío en el Espíritu Santo y elijo su fuerza.

Mi sueño de que  la separación de Dios es real es la causa del problema y el perdón del Espíritu Santo es la solución”.
A mi me gusta mucho la frase: Cuando estoy tan cansada de que los otros no cambien, al final voy y cambio yo.

Fuente Mariposa.

Debajo comparto el vídeo de  You Tube:  Mecánica Cuántica – La realidad es un sueño

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=R2kPFfzdr0Y&feature=related[/youtube]




Fuente: Borja Vilaseca e ilustraciones de Alberto Vázquez realizado por intro PSICOLOGÍA.

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