Mi pequeña mente por Mikel Nuñez

Mi querida mente pequeña:

Te llamo querida porque, aunque de forma inconsciente, hemos convivido juntos hasta hoy durante toda la vida y quiero agradecerte porque, como buena compañera de viaje, he recibido de ti lo que podías darme, casi siempre doloroso, pero que me ha servido para crecer. Te llamo pequeña, porque ahora es que caigo en la cuenta de que no puedes entenderlo todo como pretendes.

Te defino por tanto, como muy limitada. Además es que no paras de hablar y casi siempre de cosas triviales; pura cháchara y verborrea que me llena la cabeza de ruido y cuando te presto atención, compruebo que solo machacas cosas del pasado o del futuro.

Yo creo que recurres al raciocinio, al análisis y al pensamiento, como vía de distracción superficial, del profundo gozo del sentimiento, agradable o no para ti, de cada momento.

Me has querido enseñar que antes era el pensar que el sentir, pero yo he descubierto que es al revés.

Eludes el presente, porque ahí pierdes tu poder y como bien sabes, el presente es un regalo.

Me quieres hacer creer que soy tu, para que así me sienta seguro. Pero al haber despertado mi conciencia, me he dado cuenta de que no es así, que tienes fugas, que no eres completa ni poderosa, que solo eres mi ego, mi personalidad, mi personaje. El que cuida mi imagen, el que me hace adicto al reconocimiento y aprobación externas, el que me cree simpático, sabio y educado, de conducta muy bien adaptada al orden social establecido.

También me he dado cuenta de que, en realidad, al ser inconsciente, he aprendido de ti a juzgar, a discriminar, a separar, a ponerme furioso, a gritar, a responder a las agresiones y a resistirme a reconocer que las cosas son como son. (Cuando no está en mí que sean de otra manera). Y no como quisiera que fueran… Eso me ha hecho pasarlo mal.

Tus principales enemigos son: El silencio, el sentimiento, la percepción, la intuición, la observación consciente y el centramiento, porque ello supone no pensar, ni razonar, dejar la mente en blanco y poder vivir en estado de meditación; es decir conectado con mi YO profundo o superior, con mi identidad, en donde habita la LUZ de la mente superior, poderosa e inteligente, el reino del AMOR, la profunda y permanente QUIETUD y la FELICIDAD.

Ahí andas perdida, no sabes que hacer, no eres nadie; desenmascaras y te ves desnuda y eso, entiendo que quieras eludirlo a toda costa, pues tu tarea consiste precisamente en escapar a lo auténtico, creando y enmascarando personajes.

Pero tú también entiende, que una vez que he descubierto que eres una ilusión y que no tienes consistencia, ni fondo, que eres solo superficie y que por tanto, ya no me sirves como carnet de identidad, te abandone como protagonista y dueña de mi vida y te relegue al papel secundario que realmente te corresponde.

Comprende por último, y sé que eso lo sabes hacer muy bien, que ahora que soy consciente de quién eres y cómo actúas, haya elegido no sufrir más y decido ser feliz.

Se despide con amor:

EL QUE SOY

Fuente: Mikel Nuñez

Me lo mandó María Cristina de Madrid. Gracias por estar siempre inspirándome en tu sabiduría y en tu amor

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